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A lo largo de los años se han interesado por la obra de Enrique Simonet y Lombardo numerosos

anticuarios, especialmente malagueños, madrileños y catalanes. Desde la postguerra, hasta 1970

aproximadamente, se vendieron en Málaga numerosos cuadros de pintores locales del XIX

localizados por todo el territorio español con destino a colecciones privadas, así como otros

localizados en salas de subastas extranjeras, que como Sotheby

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s, experta en pintura española del

XIX, ha subastado con regularidad cuadros suyos. Se puede asegurar, casi con certeza, que la ciudad

de Málaga reúne la mayor cantidad de obra de Simonet, independientemente de la muy extensa que

hay en el extranjero, gran parte en Marruecos y Centro Europa, y de la que está en Madrid y

Barcelona o repartida entre la familia. (60)

En el año 1936, José Estrada, famoso abogado y político malagueño, admirador del fallecido pintor,

quiso preparar un estudio sobre él. La familia le envió una documentación completísima con fotos de

cuadros y recortes de prensa nacionales y extranjeras. La guerra civil que se inició ese año en

España hizo que el envío desapareciese. La pérdida de esta documentación, tan exhaustiva, hizo

difícil proseguir con la idea de escribir acerca de Simonet. Solo ha sido posible parte de la

catalogación de su obra, gracias a la labor de búsqueda emprendida por sus hijos, especialmente

Bernardo, durante los años posteriores, aún incompleta. (61)

Otra circunstancia que ha afectado al conocimiento de su obra fue lo sucedido, también durante la

guerra de 1936, con una parte importante de la obra que permanecía en propiedad de la familia. Al

objeto de protegerla de los bombardeos que se sucedían en Madrid, la depositaron en los sótanos de

una casa que aún poseen en los alrededores, en la Dehesa de la Villa, sin poder prever las batallas

que se librarían en la zona al final de la contienda. Cuando pudieron llegar al lugar se encontraron con

que los soldados habían hecho hogueras para calentarse con los lienzos y las tablas pintadas que allí

encontraron. Se pudo salvar muy poco bajo los escombros, perdiéndose casi la mitad de lo

conservado.

POSTERIDAD 1936 - 1941